Se cumple el primer día de mi estancia en los campos de refugiados saharauis, en uno de los lugares más duros del planeta, la Hammada de Tindouf. Ha sido un día de experiencias inolvidables, donde he podido vivir el día a día de gente hermana, que te da todo sin tener nada.

Con sus DNIs españoles aún en mano, nos responden las preguntas de como un día la dictadura de Franco los abandonó a su suerte y como, desde entonces, ningún dirigente en nuestro país ha hecho nada por saldar la deuda que hoy seguimos manteniendo con ellos. El Estado Español es aún potencia administradora de una tierra que hace más de 42 años Marruecos arrebató a este pueblo.

Quiero resaltar la extraordinaria educación de esta población, su impresionante cultura, y lo mucho que aprecian a las españolas y españoles. Un verdadero placer charlar con ellos.

Hoy hemos visitado la Escuela de Arte y Música Saharaui y hemos contactado con los responsables nacionales de Juventud y Deportes de cara al campeonato que el próximo jueves se celebrará en la Wilaya (provincia) de Smara.